Si esta misma tarde fuerais a visitar a vuestra abuela, lo más seguro es que la sorprendiérais viendo una película muy parecida o exactamente igual a ‘La mirada del amor’, la segunda película del director isarelí americano Arie Posin, que se encargó de inaugurar la Sección Perlas de la pasada edición del Festival de Cine de San Sebastián. Aún no entiendo muy bien como está película se coló para inaugurar una sección que años anteriores fue inaugurada por títulos como ‘Amour’ deMichael Haneke (id, 2012) o ‘The Tree of Life’ de Terrence Malick (id, 2011), por nombrar sólo las dos últimas. Pensándolo bien, sí que se me ocurre un motivo: que Annette Bening, flamante Premio Donostia de 2004 y protagonista de susodicha película, accediera acudir al festival dando un poquito de glamour a las primeras jornadas del festival.
En ‘La mirada del amor’ conocemos la vida de Nikki, una mujer de unos 60 años que cinco años después de perder a su marido, se enamora de nuevo a primera vista de Tom, el hombre de sus sueños: un profesor de arte con un gran corazón, mucha vitalidad y que, es exactamente igual que su difunto esposo. Sí, un melodrama diseñado para un público muy concreto que está destinado a desaparecer en el olvido.
La mirada del tele-melodrama
Es una verdadera lástima que ‘La mirada del amor’ termine resultando lo que parece, a pesar de que intenta con mucho empeño no serlo. Y es que la premisa principal resulta interesante: una mujer viuda que no supera la muerte de su marido y que conoce a un hombre físicamente igual que él y al que se aferra desesperada. Un tema interesante el de la necesidad de no olvidar a esa persona que te hizo tan feliz, pero que Arie Posin adorna y caricaturiza tanto que resulta imposible sentirse identificado de ninguna forma y resulta forzado, falso y de un sentimentalismo excesivo.
La decepción aumenta cuando parece que la película comienza a acercarse al thriller a pasos agigantados y se queda en eso, un intento fallido de ¿homenajear? al maestro Hitchcock de‘Vértigo’(id, 1958) con su juego de dobles y pasiones descontroladas, pero que se queda en una mera secuencia con música inquietante que regresa enseguida al romanticismo más ñoño, dramántico y previsible.
Annette Bening, Ed Harris y… Ed Harris
Si hubiera que remarcar algo de ‘La mirada del amor’ sería, sin duda, su reparto encabezado porAnnette Bening, Ed Harris por partida doble y Robin Williams. Un reparto muy potente que intenta salvar el melodrama, pero que a pesar de sus esfuerzos no lo consigue y que como todo en esta película termina siendo caricaturesco y hasta cómico —¿es que Robin Williams ha perdido toda la poca credibilidad que le quedaba?—. Annette Bening es la protagonista absoluta, dando vida con bastante credibilidad a esta mujer madura, sola y desesperada que no consigue superar la muerte de su marido. A pesar de que el trabajo de los actores podría hacer mínimamente interesante la película, en alguna ocasión se les ve incómodos y por lo tanto, forzados y poco creíbles.
Vale, está claro que ‘La mirada del amor’ no es el tipo de cine que suelo ir a ver y que a mí me haya horrorizado no quiere decir que a todo el mundo le pase lo mismo y pueden llegar a sentirse identificados con los personajes, pero lo cierto es que la película es un melodrama de media tarde —y sí, de entre semana, ni siquiera de domingo por la tarde
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