En La Vanguardia informan de que la actriz Amparo Soler Leal ha muerto en Barcelona a los 80 años. Histórica actriz de teatro y cine español y Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes, entre otros reconocimientos, Soler nació en Madrid en 1933, hija de la famosa pareja de actores teatrales Salvador Soler Marí y Milagros Leal. Fue sobre los escenarios donde empezó la carrera dramática de la actriz, con una intensa actividad teatral desde finales de los años 40 hasta la década de los 70, cuando comenzó un largo hiato para dedicarse por completo al ámbito cinematográfico.
Debutó en el cine a las órdenes de Antonio del Amo en Puebla de las mujeres (1953) y unos años más tarde pasó a integrar la troupe habitual de intérpretes de Luis García Berlanga en Plácido (1961). El cineasta valenciano volvería a contar con ella en repetidas ocasiones: Tamaño natural (1974), La escopeta nacional (1978), Patrimonio nacional (1981), Nacional III (1982), La vaquilla (1985), Todos a la cárcel(1993) y París Tombuctú (1999). En otro de sus primeros trabajos cinematográficos, La becerrada (José María Forqué, 1963), coincidió con Fernando Fernán Gómez, quien después la dirigiría en Mi hija Hildegart(1977).
Aunque Soler Leal consiguió un pequeño papel en El discreto encanto de la burguesía (1972) a las órdenes de Luis Buñuel, su presencia fue mucho más determinante en títulos clave de la historia del cine español, todas ellas demostración de su incuestionable talento dramático y la capacidad para incorporar personajes tan robustos como frágiles. Tiene grandes interpretaciones para el recuerdo en Amador(Francisco Regueiro, 1966), El bosque del lobo (Pedro Olea, 1970), El crimen de Cuenca (Pilar Miró, 1980) o Las bicicletas son para el verano (Jaime Chávarri, 1984). Por no hablar de ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984), de Pedro Almodóvar.
La actriz también desarrolló una carrera profesional en televisión como presentadora del programa Juego de niños de TVE (el de los gallifantes, sí) e intérprete en series como Tres eran tres y Querido maestro.En los años 90 protagonizó su sonado regreso a los escenarios teatrales con representaciones deAmanda y El zoo de cristal, esta última bajo dirección de Mario Gas. Sin embargo, puede que su mayor hito teatral siga siendo la versión de La señorita Julia en 1973, donde su ya por entonces exmarido Adolfo Marsillach la dirigió en una memorable interpretación de la obra de Strindberg.
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