domingo, 27 de octubre de 2013

semana de Vin Diesel: “Los sueños se pueden cumplir”

Una tarde cualquiera en Nueva York, finales de los noventa. Marc Sinclair Vincent (o Vin Diesel, como lo conocían los otros patovicas en los clubes nocturnos donde trabajaba de portero) le decía a sus amigos: “Voy a ir a Los Angeles y la voy a romper, voy a ser el artista más grande del mundo”.
29 de agosto de 2013. Hotel Four Seasons, West Hollywood. Promoviendo su nueva película Riddick, la tercera de esa saga (que estrena mañana en la Argentina), Vin Diesel recuerda aquella anécdota y se ríe, porque un año y medio después de aquel primer intento de triunfar enLa Meca , se tuvo que volver a la casa de sus padres en Greenwich Village con la cabeza baja, a enfrentar a sus amigos del barrio.
Con 23 años, Penny Marshall le había dado un papel en una película de Robin Williams y Robert De Niro, Despertares. Una sola línea, pero pensó que le iba a bastar para abrirse puertas. Después de todo, venía trabajando en teatro desde los 7 años, alentado por su padrastro, Irving, un coach actoral del Off Broadway.
“Qué feo fue volver al club de Nueva York y que mis compañeros (los otros patovicas) me cargaran. ‘¿Cómo Vin, no era que te ibas a comer crudo al mundo?’, me decían”. Eso lo motivó, asegura ahora, empezó a estudiar en la universidad para ser guionista y hasta hizo una clase de periodismo que recuerda con precisión. “Somos colegas”, bromea primero. Luego detalla cómo la profesora les pidió que escribieran su obituario. Y él, a las 3 de la mañana, se despachó con una historia de cómo Hollywood estaba perdiendo a uno de los suyos, el hombre que había llegado para cambiarle la cara al cine. “Al otro día la profesora me hizo leer mi trabajo, la cara de mis compañeros era impagable, no podían creer lo que estaban escuchando, pensaban que yo era un megalómano”. Tal convicción lo decidió a hacer su primer corto, Multifacial (1995), uno que le costó 3.000 dólares y lo llevó a Cannes. Steven Spielberg lo vio y lo llamó para darle un papel en Rescatando al Soldado Ryan. El resto ya es historia.
Tres días antes de la entrevista con Clarín, el actor que tiene 45 millones de fans en Facebook a quienes les dedica atención personalizada (ver Con 45...) había recibido su estrella en el Paseo de la fama de Hollywood, frente al Hotel Roosevelt. Lo acompañaron su madre y su padrastro, su esposa y sus dos pequeños hijos. La actriz Michelle Rodriguez, su compinche en la saga de Rápido y furioso, que estrena la séptima el año próximo, le hizo los honores: “Si él tiene un sueño les aseguro que va a ser lo imposible por cumplirlo”, dijo la actriz.
“Michelle no miente, cuando me focalizo en algo no paro hasta concretarlo”. Sonríe todo el tiempo Vin Diesel. Tiene un cuerpo templado, de musculatura muy trabajada, la pelada reluciente y esa voz gruesa, inconfundible, pero transmite calidez.
¿Qué significa tener una estrella en el Camino de la Fama para alguien que dice haber sabido siempre que iba a triunfar?

Es la muestra más cabal de que los sueños se pueden cumplir y eso quiero que lo sepan todos, en cualquiera parte del mundo. Yo siempre lo supe. Recuerdo cuando hice mi primer corto, Multifacial, de 20 minutos, la primera proyección fue en un club de cine de Manhattan, en la pared, con un proyector barato de 16 milímetros. Pero cuando me vi en la pantalla supe que no había estado equivocado. Era el 13 de enero de 1995 y volví a casa caminando hasta el subte a 10 centímetros del suelo.
Tuviste que poner tu dinero para poder filmar “Riddick”. ¿Por qué lo hiciste?

Por los fans, yo sé que ellos están esperando un nuevo capítulo en esta saga. Los videojuegos (se viene uno nuevo junto a la película) ayudan a expandir la mitología. Pero hacía falta más. Y si no ponía plata yo, unos cinco millones, el estudio se quedaba con la opción y ellos no estaban interesados en hacerla. Me sentí como cuando conseguí los 3.000 para Multifacial. O cuando trabajé un año y medio en telemarketing para financiar Strays (1997), uno de las 18 filmes que Robert Redford seleccionó entre miles para presentar en Sundance. Mi padre siempre me aconsejó terminar aquello que empezamos. Y eso es lo que quise hacer con Riddick.
Esta vez el duro personaje traba amistad con un perro exterrestre. ¿Fue para humanizar a Riddick?

Ese es el director (David Twohy), que piensa que pone a una criatura para demostrar que Riddick puede tener amigos (suelta una carcajada). Es probablemente la parte más humana de Riddick que nunca hayamos visto. En mi vida personal, mi perro, un gigante corso del que mis fans saben todo, murió este año. Es interesante que estoy diciéndole adiós a mi amigo de cuatro patas y entablo una relación con otro virtual en la película.
¿Planeás hacer algún tipo de película que no sea de acción o continuación de algunas de tus sagas?

El año pasado estuve a punto de trabajar con Woody Allen, pero justo el estudio me pidió hacer otra de Rápido y furioso y no pude. Es que Rápido y furioso es un monstruo y cuando el estudio dice que es tiempo de hacer una nueva, hay que hacerlo. Podría haber sido interesante trabajar con Woody Allen. Algún día quizás haga Shakespeare, por qué no.
¿Cuál es la fórmula detrás del éxito de “Rápido y furioso”?

Ya ves, es una película de la que no pensás que va a haber siete y que cada vez sea más grande y mejor. Lo que hay que hacer con una saga es desafiar la expectativa, ponerle mucha calidad, expandir la mitología, desarrollar los personajes. Por eso para la séptima contratamos a un maestro del horror, James Wan (E l juego del miedo y El conjuro). Estoy muy excitado de ver qué va a pasar en el nuevo episodio, qué va a traer él a nuestra saga de velocidad y adrenalina.

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