Los cliffhangers (literalmente "colgante de un acantilado", que también se puede traducir como "al borde del precipicio" o "al borde del abismo") son las escenas que normalmente, al final del capítulo de una serie de televisión, cómic,película, libro o cualquier obra que se espere que continúe en otra entrega, generan el suspenso o el shock necesario para hacer que la audiencia se interese en conocer el resultado o desarrollo de dicho efecto en la siguiente entrega.
Un cliffhanger puede ser simplemente una imagen, una acción, o tal vez sólo una frase, dependiendo del medio y del tipo de historia.
En la literatura hispana se encuentra un ejemplo clásico en el Quijote, entre los capítulos VIII y IX, con la siguiente apertura del capítulo IX:1
Dejamos en la primera parte desta historia al valeroso vizcaíno y al famoso don Quijote con las espadas altas y desnudas, en guisa de descargar dos furibundos fendientes, tales que, si en lleno se acertaban, por lo menos se dividirían y fenderían de arriba abajo y abrirían como una granada; y que en aquel punto tan dudoso paró y quedó destroncada tan sabrosa historia, sin que nos diese noticia su autor dónde se podría hallar lo que della faltaba.
Originalmente eran usados en la literatura pulp (ediciones en rústica) y en los radiodramas, y de ahí pasaron a los seriales de cine, a los cómics y, en el último par de décadas, a la televisión e incluso a los videojuegos; es uno de los recursos más utilizados actualmente en los dos últimos, gracias a la división de éstos en entregas, números o capítulos, y debido sobre todo a la importancia en estos medios de atraer al público a que siga las consecuencias por venir tras el corte dado en el argumento con este recurso. Así se logra mantener en vilo al espectador/lector/jugador hasta el desenlace de la situación.
El fenómeno psicológico que explica por qué funciona este recurso se denomina Efecto Zeigarnik.
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