Como sabemos, las estrellas se aburren mucho en las pausas de los rodajes. Es más: las hay que también sienten el mordisco del tedio en su vida privada. Claro, entonces hay que encontrar formas de pasar el tiempo, y como la calceta, los crucigramas o los videojuegos no son del gusto de todo el mundo... Pues nos encontramos con que muchos más actores de los que creerías matan los ratos libres dedicándose al noble arte de las bromas pesadas. Ni sus compañeros de reparto, ni sus directores, ni el público en general se libran de las artimañas de estos 10 personajes.
George Clooney
No importa cuánto busques: si introduces en Google las palabras "Hollywood", "actor" y "bromas", el hombre de Los descendientes encabezará siempre los resultados. Por lo visto, la capacidad de Clooney para las jugarretas se multiplica por mil cuando su amigo Brad Pitt también está en el rodaje, como puede atestiguar el equipo de Ocean's Twelve: durante la producción, Clooney puso una pegatina en la que se leía "micropene a bordo" en el capó del coche de su compañero. Aparte de Pitt, su víctima de referencia es el también actor Richard Kind, su antiguo compañero de piso: en cierta ocasión, Clooney le regaló a Kind un cuadro firmado por él, avisándole de que era su debut en la pintura y que, con el tiempo, alcanzaría un valor incalculable. En realidad, la obra de arte había sido encontrada por George en un vertedero...
Brad Pitt
Juntar en un plató a George Clooney y al señor de Angelina Jolie es como juntar caramelos efervescentes y Coca Cola: el desastre está asegurado, pero te ríes mucho en el proceso. Entre otras hazañas, casi siempre con Clooney como blanco, a Brad se le atribuye haber iniciado los rumores (que todavía colean) sobre la presunta homosexualidad de su amigo. Y es que, en una entrevista con una publicación italiana, Pitt soltó la frase: "Angelina y yo sólo nos casaremos cuando George Clooney pueda casarse con su novio". En otra ocasión, durante una cena en honor de David Fincher en México, Brad pagó a un equipo de policías de élite para que escenificasen una falsa redada en el restaurante, rematando la faena con un arresto al director de El club de la lucha. Sospechamos que, pasado el pasmo, la reacción de Fincher al enterarse de la treta debió ser digna de Tyler Durden
Mel Gibson
Antes de que el alcohol y otros demonios pasaran factura a su imagen pública, 'Mad Mel' gozaba de una extraordinaria reputación como perpetrador de bromas pesadas. Durante el rodaje de Eternamente joven,Gibson rindió homenaje a su compañera Jamie Lee Curtis persiguiéndola disfrazado de Michael Myers(el asesino de La noche de Halloween), mientras que Julia Roberts se pasó la producción deConspiración recibiendo ratas disecadas (metidas en paquetes con lacito y envoltorio) cortesía del australiano. Está claro que Gibson necesitaba toparse con alguien a su altura, y esa fue Jodie Foster:cuando coincidieron en Maverick, Mel embromó a la actriz reemplazando su copia del guión por otra con los diálogos cambiados. Jodie tardó en responder, pero lo hizo con mucha clase: tras los Oscar de 1996, un Gibson cargado de estatuillas gracias a Braveheart tuvo que aguantar a un gaitero escocés que, contratado por la Foster, le siguió durante toda la noche tocando a volumen brutal.
Johnny Depp
En comparación con los tres pesos pesados que acabamos de enumerar, Depp parece un simple amateur. Pero la cosa cobra más interés si nos fijamos en quién es el blanco habitual de sus tretas: nada menos que Penélope Cruz. Durante el rodaje de Blow (2001), su primera película juntos, Depp acostumbraba a llevar consigo una bolsa de aire comprimido, de esas que emulan el ruido de una ventosidad, para hacerla sonar en la mitad de las escenas románticas. Lejos de extinguirse con el tiempo, la cosa dura hasta hoy: recordemos que, filmando Piratas del Caribe: En mareas misteriosas, el intérprete de Jack Sparrow se empeñó en sabotear los momentos más intensos soltando chistes y 'morcillas' para hacer reír a su compañera. Ah, y también llevó consigo la bolsa pedorreante, por si Pe se había olvidado de ella.
Leslie Nielsen
Como revela un repaso a su filmografía, el actor de Agárralo como puedas se especializó durante mucho tiempo en papeles de galán serio y algo acartonado. ¿Por qué, entonces, saltó a la comedia durante sus últimos años? Pues porque el director Jerry Zucker le persuadió de llevar a la pantalla su talento como bromista en la vida real. Nielsen coincidía con Johnny Depp en su gusto por las máquinas de pedorretas, que gustaba de hacer sonar en los ascensores (cuanto más abarrotados, mejor) o en mitad de las entrevistas. Y, señalamos con emoción, se llevó su sentido del humor al más allá: el epitafio de su tumba es "Let her RIP", un juego de palabras con la expresión "rip a fart" ("tirarse un pedo") y el clásico"Requiescat In Pace"
Matt Damon
La reputación de Damon entre los bromistas de Hollywood no viene dada sólo por el ingenio de sus jugarretas, sino también por su valor al escoger objetivos. Por ejemplo, ¿te atreverías tú a buscarle las cosquillas a Jack Nicholson? Nosotros, desde luego, no, pero Matt sí tiene lo que hay que tener: durante una visita al hospital, para una operación en las glándulas salivales, Nicholson se encontró con dos enfermeros (con mascarilla), los cuales le comunicaron la necesidad de practicarle una rectoscopia. Tras el penoso trance, los presuntos galenos revelaron sus rostros: eran Damon y Leonardo DiCaprio,ajustando las cuentas adquiridas durante el rodaje de Infiltrados. Eso sí, Matt confiesa que tanto George Clooney como Brad Pitt (quienes se las hicieron pasar canutas durante las películas de la saga Ocean's)le ganan de largo en ingenio y maldad.
Simon Pegg
Hasta un tipo tan serio como J. J. Abrams lo reconoce: si el actor fetiche de Edgar Wright no hubiese andado de por medio, el rodaje de Star Trek: En la oscuridad hubiese sido mucho más aburrido. En cierta ocasión, Pegg persuadió a sus compañeros de que necesitaban "crema anti-neutrones" para trabajar en un plató, haciéndoles así embadurnarse con potingue hidratante. Por lo visto, Benedict Cumberbacht cayó en la trampa aparatosamente, lo cual le sentenció a ser víctima de otra broma pergeñada por Pegg y Chris Pine. Esta consistía en un documento legal que rezaba: "Yo, Benedict Cumberbacht, acepto la necesidad de llevar la crema anti-neutrones, y también acepto que me han gastado una broma y que soy idiota". Según relata Pegg, su compatriota leyó el formulario de pé a pá, lo firmó y lo envió al departamento de producción, como un gentleman.
Paul Newman
Quienes aclaman a George Clooney como sucesor del protagonista de La gata sobre el tejado de zinctienen muchos argumentos: su apostura, su elegancia, su talento delante y detrás de la cámara... Y su capacidad para ingeniar bromas elegantes a la par que destructivas. El blanco favorito de Newman era el director George Roy Hill (Dos hombres y un destino, El golpe), un tipo muy serio y muy tacaño al que el actor gustaba de hacer rabiar: filmando El castañazo, Paul fingió un accidente de coche para que Hill creyese que su estrella la había diñado en plena producción. Y, siguiendo en su línea automovilística,
Sean William Scott
Stifler (American Pie) gastándole bromas pesadas a McLovin (Supersalidos): esas meras palabras son suficientes para provocarnos lo que en EE UU llaman un nerdgasmo. Cuando Sean William Scott coincidió con Christopher Mintz-Plasse en Mal ejemplo, no se conformó con advertir al personal de vestuario de que su colega necesitaba pantalones muy ajustados "para quedar bien en la pantalla", sino que también llenó dichos pantalones con polvos pica-pica. Y, por si lo anterior fuera poco, Scott completó la jugarreta con un truco clásico pero efectivo: introducir caca de perro en los zapatos de la víctima.
Ashton Kutcher
Hasta ahora hemos repasado las carreras de actores que cultivan las bromas como una afición. Pero ahora damos un paso más, para encontrarnos con alguien que ha convertido el cachondeo en una fuente de ingresos. El futuro ex de Demi Moore dirigió y presentó Punk'd!, un show de la MTV que le daba un giro al formato de cámara oculta convirtiendo a celebrities en víctimas de sus trastadas. El punto álgido del programa: un falso embargo en la casa de Justin Timberlake que dejó al actor y músico al borde de las lágrimas. En su descargo diremos que, cuando la broma se llevó a cabo, Justin iba emporrado hasta las cejas.
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