el trato no el trato no siempre sale tan bien como está planeado (las películas ganan prestigio, los intérpretes obtienen suculentos honorarios por escaso tiempo en pantalla) y, en algunas ocasiones, el tiro sale por la culata. Por eso, basándonos en experiencias recientes, hemos recopilado los principales aciertos y errores a la hora de fichar a un actor o actriz de prestigio para tu saga juvenil.
ACIERTO: Añaden valor e interés a sus papeles
El principal problema de estas franquicias es que suelen ser adaptaciones de novelas juveniles a las que se quiere sacar el máximo rendimiento cuanto antes, por lo que es habitual que los guiones sean un revoltijo de secuencias encadenadas que intentan, al mismo tiempo, mantenerse fiel a la fuente original para que el fandom no les saque los ojos pero también aligerar el material escrito y homogeneizarlo según la narrativa blockbuster del momento. Como resultado, muchos personajes pierden su esencia característica hasta quedar en un icono sólo reconocible por el público iniciado gracias a su caracterización, pero que no dice nada a los demás. ¿Cómo compensarlo? Con un buen actor detrás. ¿Cómo íbamos a tener aprecio a las simplificadas versiones fílmicas de Haymitch o Effie si no fuera porWoody Harrelson y Elizabeth Banks? Y plantéate esto: ¿habría cambiado en algo nuestra percepción deCrepúsculo si entre los vampiros hubiese habido gente como Gary Oldman? Teniendo en cuenta que las apariciones de alguien como Michael Sheen ya hacen subir enteros...
ACIERTO: Son una decoración elegante
Que Hogwarts tuviera el claustro más carismático de todo el cine británico no era casualidad. Contar conAlan Rickman, Maggie Smith, Kenneth Branagh, Emma Thompson, Brendan Gleeson o Jim Broadbentpara dar clase no es algo que todos los colegios de magia y hechicería se puedan permitir, pero tampoco hay que olvidar a esos otros adultos satélites de las aventuras de Harry, Ron y Hermione: Gary Oldman, John Hurt, Helena Bonham Carter, Miranda Richardson... Porque la habilidad pedagógica de estos personajes quedaba eclipsada por el valor estético de su presencia en aulas y pasillos. ¡Y esos acentos! Tan importante era su presencia física que ni siquiera el fatídico cambio de Richard Harris por Michael Gambon como Dumbledore supuso un excesivo trauma.
FALLO: Pueden distraer de lo importante
La brújula dorada se encontró con varios problemas en su intento por llevar la saga La materia oscura dePhilip Pullman al cine, pero quizás uno de los más chirriantes fue la presencia de Nicole Kidman como la señora Coulter (una decisión de cásting impulsada por el propio Pullman, que Kidman declinó en un primer momento). Situada en medio de una época catastrófica artísticamente para la actriz (Invasión, Australia, Nine), la espigada afectación de su personaje y lo perdida que parece ella hacen que pelee en irrealidad con los efectos especiales de Rhythm and Hues, responsables de los daimonion.
ACIERTO: Pueden contribuir a crear personajes memorables
Hasta que Lord Voldemort no apareció bajo la figura de Ralph Fiennes, lo cierto es que sus trifulcas conHarry Potter nos parecían bastante ridículas. Pero claro, una vez que el actor inglés se apoderó de El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado y fue puliendo su interpretación película tras película, fue capaz de ir dando cada vez más miedo y ya ni se nos pasaba por la cabeza reírnos de su rinoplastia.
FALLO: Quizás no pillen el tono de la película
Sólo hay que ver el cachondeo que se llevan Emma Thompson y Jeremy Irons con sus personajes deHermosas criaturas en oposición al romance sacaroso entre los protas Alice Englert y Alden Ehrenreich,la actitud fabuladora de Viola Davis o el aspecto de melodrama suave que el director Richard LaGraveneseconfiere a la película para darse cuenta de que algo no está muy armonizado. Y es que una buena dirección de actores debe ser fundamental si no quieres que tus intérpretes habituados a textos shakesperianos se tomen demasiado a la ligera los personajes por estar ante un relato fantástico dirigido al público juvenil.
FALLO: Sólo hay un número finito de ellos
Esto provoca que, cuando faltan (ya sea por limitaciones presupuestarias de la producción o porque el proyecto no ha conseguido interesarlos), se nota su ausencia. De ahí la decepcionante sorpresa al no encontrar nominados al Oscar entre el reparto de Cazadores de sombras: Ciudad de hueso; hay que irse hasta el Globo de Oro de Jonathan Rhys Meyers para encontrar lo más parecido a un aroma a estatuilla. Como ocurre con toda burbuja, la escalada de adultos con prestigio en las películas para jovenzuelos se encamina hacia su propia explosión, ya que los primeros escasean, así que quizás sea hora de pasar al siguiente paso: que estas películas creen sus propios talentos dramáticos. Con el ejemplo de Jennifer Lawrence, oscarizada antes de alcanzar el ecuador de Los juegos del hambre, vamos por el buen camino. .
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