La historia de The Man Who Killed Don Quixote está llena de fatalidades y diabluras del destino, tantas que parecían haber acabado para siempre con el proyecto de Terry Gilliam: una adaptación de Don Quijote de La Mancha que incluía viajes en el tiempo y a un londinense contemporáneo confundido por el ingenioso hidalgo como Sancho Panza. Gracias a ComingSoon, nos enteramos de que el cineasta estadounidense está dispuesto a intentarlo una vez más."Creo que es la séptima vez. Quizás eso me dé suerte. Ya veremos qué pasa", dice Gilliam. "Volver a ella es mi posición por defecto. En realidad quiero hacerla y deshacerme de ella. Sacarla de mi vida".
Pese a la ilusión que nos haría que el director, de quien aún esperamos el estreno de The Zero Theoremen España, se quitara la espinita y la fama de gafe con una gran película, todavía no las tenemos todas con nosotros. Y es que esta no es la primera vez que intenta resucitar el proyecto. Todo empezó en el año 2000.Jean Rochefort iba a interpretar a Don Quijote y Johnny Depp sería el nuevo Sancho, pero vuelos inoportunos de aviones del ejército español, una racha de tormentas apocalípticas en las Bardenas y, de remate, la doble hernia discal sufrida por Rochefort pulverizaron la catastrófica producción y dieron al traste con la película. Si has visto el fascinante documental Lost in La Mancha (Keith Fulton & Louis Pepe, 2002), te sonará la historia.
No es que Gilliam tirara entonces la toalla, pero después de luchar contra los elementos naturales en el rodaje tuvo que enfrentarse a agentes mucho más temibles: los abogados de las compañías de seguros que pasaron a ser propietarias del guión co-escrito junto a Tony Grisoni. Después de varios años de disputas legales y con el libreto ya recuperado, en 2008 el proyecto volvió a la vida, ahora con Robert Duvallcomo Don Quijote y con Depp todavía involucrado. Sin embargo, era una temporada de varios compromisos para el actor (Enemigos públicos, Alicia en el País de las Maravillas, The Tourist, Piratas del Caribe: En mareas misteriosas) y, harto de los nuevos retrasos que tan apretada agenda implicaban, Gilliam acabó por recurrir a Ewan McGregor para el papel de Depp. ¿Cuál fue el problema en esa ocasión? Que la financiación para la película desapareció y el director de Brazil acabó tan harto como para no volver a acercarse a un libro de Cervantes en la vida. Hasta ahora. ¿Será este intento el definitivo? Nuestros dedos no pueden estar más cruzados...
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