Lobezno
El mutante más famoso de Marvel, unido ya para siempre a la imagen de Hugh Jackman, nació paradójicamente como un segundón en la serie regular del Increíble Hulk, en 1974. Su carisma le catapultó al estrellato y hoy es uno de los personajes más rentables de la Casa de las Ideas. Su nombre real es James Hudson Howlett y, durante buena parte de su historia en las viñetas, su gancho residió en los misterios que rodeaban su identidad, lo que le convertía en un tipo solitario y en constante huida de sí mismo y los demás. De esa guisa le hemos visto también en la gran pantalla, aunque afortunadamente (o no, según gustos) sin su particular traje amarillo y verde.
Riddick
El canalla galáctico que interpreta Vin Diesel es una de las últimas y más logradas reformulaciones del clásico antihéroe solitario. Parco en palabras, con músculos hasta en las cejas, siempre sudando y letal con los puños, Riddick es un cizañero de primera que solo aspira a estar tranquilo y en paz. Pero los problemas le persiguen y no tiene más remedio que salvar la situación una y otra vez, ya sea contra asquerosas criaturas primas-hermanas de Alien o frente a los temibles Necrófaros, devoradores de planetas. El próximo 6 de septiembre le veremos por tercera vez arrancando cabezas y soltando chistes de bar.
El Cuervo
Eric Draven, más conocido como El Cuervo, es el personaje más carismático creado por el historietista James O'Barr. Relativamente desconocido fuera de los círculos 'comiqueros', saltó a la fama gracias al film de 1994 interpretado por el malogrado Brandon Lee, hijo de Bruce Lee, que murió de un tiro durante la filmación de una de las secuencias de acción. Enfundado en cuero negro y con un maquillaje facial que más tarde retomaría Heath Ledger en El Caballero Oscuro, Draven vuelve del Más Allá para vengarse de los tipos que le asesinaron junto a su novia. Condenado a la soledad y el martirio, El Cuervo es un ídolo de personalidades torturadas y góticas.
Daredevil
El hermano "pobre" de Spider-Man, ilustre vecino del Hell's Kitchen neoyorquino, es uno de los tipos más oscuros y desgraciados del universo Marvel. Su ceguera simboliza la imparcialidad de la Justicia, a la que sirve como abogado de día y vengador de noche. Se enamoró de Elektra y ha tenido otras novietas, pero todas sus relaciones están condenadas a terminar mal. Solo le aguanta -y no siempre- su compañero de bufete, el bonachón Foggy Nelson, de modo que pasa las noches en vela buscando una redención que nunca termina de llegar. La actual serie regular del cómic le ha convertido en un tipo alegre, pero sabemos que ese estado tiene las horas contadas: el hijo del Diablo es un alma torturada.
Conan
El legendario guerrero cimmerio, creado por el genial Robert E. Howard, es uno de los arquetipos de héroe solitario más complejos que ha dado la ficción. Huérfano, esclavo, luchador a la fuerza, soldado, mercenario, buscavidas y finalmente rey de Aquilonia, Conan vaga por los vastos territorios de la Edad de Hiboria sin otro rumbo que el marcado por su instinto batallador y justiciero. En los relatos seminales de Howard y en los cómics de John Buscema ha vivido aventuras junto a piratas, hechiceros y guerreras como Belit, de la que se enamoró. En el cine es y será Arnold Schwarzenegger, quien ya ha anunciado planes para rodar una nueva entrega de la saga original.
Batman
Bruce Wayne ha mantenido llenas las arcas de DC durante generaciones con tanto o más éxito que Superman, quizá un héroe demasiado perfecto para los actuales tiempos de desencanto y crisis. Marcado desde niño por la trágica muerte de sus padres, el señorito Bruce vive en soledad su doble condición de multimillonario playboy y justciero nocturno al servicio de Gotham, su ciudad natal. Puede presumir de grandes amigos, sí, pero todos han sido tocados por la desgracia en algún momento de su trayectoria, lo que condena al Murciélago a un eterno errar. La última noticia es que aparecerá en la secuela del Hombre de Acero y, salvo sorpresa, no será Christian Bale.
Rambo
Difícil encontrar a alguien más solo que John Rambo, veterano del Vietnam que nació de la pluma del escritor David Morrell, quien por cierto se lo carga al final de su única novela. En la pantalla ha sido encarnado hasta en cuatro ocasiones por Sylvester Stallone, cuya mirada perdida y frágil -acaso involuntaria- representa fielmente la naturaleza torturada de un hombre que nunca ha conocido el afecto. Sin familia, sin patria, sin novia (en la segunda parte la ametrallan) y sin hogar, el bueno de Johnny lleva la guerra en la sangre y se empeña en ganar guerras que no son la suya. Sly "amenazó" con una quinta entrega que parece haber descartado en favor de sus rentables Mercenarios.
V
La obra maestra de Alan Moore es la definición de este personaje que reúne bajo su fantástica máscara a varios arquetipos del héroe solitario. V es un alma romántica, un bohemio soñador, un alma en pena, un guerrero impenitente y un hijo de mala madre que no descansa (en paz) hasta liquidar a los tipos que le robaron la vida. Quemado y deforme, vive escondido en soledad y rodeado de objetos bellos y extraños que hablan de un mundo mejor y más humano. Su salto a la pantalla es una de las películas más anarquistas y políticamente incorrectas que se recuerdan en una gran producción; todo un manifiesto para indignados en busca de su particular día de furia.
Max
Un imberbe Mel Gibson saltó a la fama como el loco Max, expolicía superviviente de una hecatombe nuclear que deja la Tierra convertida en un erial apocalíptico y sin esperanza. Muerta su familia, Max vaga por caminos y carreteras dejados de la mano de Dios en busca de comida, agua y el preciado combustible que anima el motor de su Interceptor. Su causa es simple: la supervivencia. Y en su odisea no hay demasiados amigos que se diga, salvo esos chavales de la tercera parte que adoraban la caja negra de un avión siniestrado. El año que viene, por fin, veremos la cuarta entrega, sin Mel pero conCharlize Theron y ese armario empotrado que es Tom Hardy.
Ethan Edwards
Facha, racista y malhablado, pero también honesto, sincero e íntegro. De todos los vaqueros y pistoleros que interpretó John Wayne nos quedamos con el Ethan Edwards de Centauros del desierto, la obra maestra de John Ford. Resentido tras la derrota del bando confederado, Ethan encuentra una nueva causa en la búsqueda de sus sobrinas, secuestradas por una tribu de indios con malas pulgas. En su viaje le acompaña un mestizo, Martin, que le hace comprender sus miserias y contradicciones morales. Ethan es un solitario de manual que cumple su misión, sí, pero termina más solo que la una, en un plano final que ya es historia del cine.
El Hombre sin Nombre
El Rubio, Joe o simplemente El Hombre sin Nombre es el personaje creado por Sergio Leone para Clint Eastwood en su magistral Trilogía del Dólar. Su aspecto es icono y referencia para multitud de personajes posteriores, incluido el Lobezno de Hugh Jackman, que por cierto es clavado a Clint de joven. Embutido en un sombrero raído, con un poncho con más polvo que la tela de un jamón y fumando unos puritos interminables, Clint se pasea por Almería desfaciendo entuertos al ritmo que marca el tambor de su Colt. En su carrera posterior Clint reinventó este papel en otros filmes como Sin perdón, El salvaje o la serie de Harry el Sucio.
Snake Plissken
Hay películas que orbitan alrededor del magnetismo de un personaje. Rescate en Nueva York es una de ellas, merced a ese bombón que es Snake Plissken, interpretado por un fenomenal Kurt Russell. De voz sibilante, rudo, con un parche en el ojo izquierdo y profundamente misógino, el Serpiente es un soldado de fortuna, de vuelta de todo, que no tiene dios ni amo; solo la mala suerte de servir a los patrones equivocados. Concebido como espejo del pistolero clásico, Snake aparece y desaparece a lomos de su "caballo" para arreglar la situación, trincar la pasta y dar portazo. Se habla de un remake, pero esa palabra, en este caso, es una herejía.
Paul Kersey
El badass que interpreta Liam Neeson en la saga Venganza debo muuuuucho al Paul Kersey que inmortalizó Charles Bronson en la saga Yo soy la justicia. Un jersey de cuello alto y un pistolón más largo que sus bigotes son lo único que necesita el bueno de Charles para despachar a tiros a los delincuentes comunes que asolan su barrio, causantes de la muerte de su familia y sus mejores amigos. No busquéis guion ni coartadas; se trata de ver a Paul disparando primero y contando chistes después.
El conductor
Ryan Gosling ha entrado en la historia del cine por Drive, película de la que nadie esperaba nada y que se convirtió en un fenómeno de culto instantáneo gracias a varios factores. El más importante, la composición por parte del actor de un antihéroe solitario que llena su vacío emocional conduciendo como especialista de cine y para atracadores de tres al cuarto. El conductor, pues nunca se pronuncia su nombre, mata las horas a la espera de una causa por la que merezca la pena desempolvar su mala leche. Y esa causa es la buenaza de Carey Mulligan, esposa de un matón acosada por los jefes de su marido. Todos queremos la cazadora del escorpión.
Marv
Robert Rodríguez le brindó a Mickey Rourke su enésima resurrección fílmica con el papel de Marv en Sin City, matón y perdedor que suple su escaso intelecto con una fuerza bruta descomunal. Lastrado por una cara deforme -como el propio actor en la vida real-, Marv vive apartado del mundo y gasta su poco dinero en putas y alcohol. No cree en el amor porque nunca lo ha sentido (solo una noche...), pero su sentido del honor y la fidelidad es el más elevado de cuantos pueblan la corrupta Sin City. A finales de año volveremos a verle en la segunda parte, de nuevo a las ódenes de Robert Rodríguez yFrank Miller, el creador del cómic original.
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