No son muchos, pero están ahí: estos presidentes, ministros o parlamentarios abandonaron el sillón por voluntad propia (y porque no les quedaba otra). Por CHRISTIAN FRAGA
Un viejo dicho, muy común en los corrillos de la política, afirma aquello de que "en España, el verbo dimitir no se conjuga". Y, aunque la Real Academia se obstine en llevar la contraria, parece que la frase sigue estando en lo cierto, tanto en el Congreso de los Diputados y las administraciones autonómicas como en las pantallas de cine. Así, mientras los EREs fraudulentos y las cuentas B pululan por los titulares de la prensa sin que nadie renuncie a sus prebendas por ello, cuesta horrores encontrar a un presidente, senador, ministro o congresista made in Hollywood que abandone su cargo cuando las cosas se ponen feas. Como mucho, el político-villano acaba en manos de las autoridades, o muriendo de forma horrible, como [SPOILERS] Gene Hackman en Poder absoluto o el John Hurt de V de Vendetta [/SPOILERS]. Lo cual resulta muy vistoso, pero nada realista.
Aun así, siempre hay excepciones, y CINEMANÍA ha encontrado unas cuantas: todos estos políticos de cine cometieron corruptelas, y en lugar de enfrentarse con un castigo tópico y típico abandonaron sus sillones y rindieron cuentas de sus desmanes: por eso, a fin de hallar a algunos de ellos, hemos tenido que recurrir a películas basadas en hechos reales.
Cornelius Fudge (Robert Hardy)
Dimitió en... Harry Potter y la Órden del Fénix (2007)
Su cargo: Ministro de Magia en una Gran Bretaña alternativa (y con gafas)
Motivos de su dimisión: Básicamente, el señor Fudge proporcionó un ejemplo de cómo no gestionar una amenaza cósmica y reptiliana, tan grande como la representada por un Voldemort (Ralph Fiennes) recién resucitado tras sorberle los higadillos a Robert Pattinson. Y todo por culpa del cochino ego: mientras Harry Potter (Daniel Radcliffe) y Albus Dumbledore (Michael Gambon) advertían de que el Señor Tenebroso había regresado, y que iba a armarse la marimorena, Cornelius consideraba que tanto el aprendiz como el maestro querían desalojarle del sillón. Con lo cual, no sólo les difamó hasta la nausea, sino que impuso la presencia de Dolores Umbridge (Imelda Staunton) y sus platos con gatitos en el colegio Hogwarts. Con semejante carrerón, es lógico que acabase abandonando su cartera de forma deshonrosa.
Giulio Andreotti (Tony Servillo)
Dimitió en... Il Divo (2008)
Su cargo: Primer Ministro de la República de Italia
Motivos de su dimisión: Primer personaje real de nuestro informe (no será el único), el signore Andreotti se ganó su apodo de "el divino Giulio" como recuerdo a cierto lejano antecesor en su cargo, un tal Cayo Julio César. Por más que su título pueda llevar a confusiones, en Il Divo no hay ningún espacio para boy bandsoperísticas, y sí para una de las carreras políticas más longevas y turbias de la historia de Europa. Emblema viviente del Partido Democristiano, Andreotti vivió rodeado de escándalos tales como el asesinato de su compañero Aldo Moro a manos de las Brigadas Rojas, fraudes bancarios de alto nivel y una vinculación (nunca demostrada) con la mismísima Mafia siciliana, por la que fue condenado en 2002 y absuelto al año siguiente. ¿Cuál de estas -supuestas- corruptelas le llevó a dimitir? Pues ninguna de ellas, porque abandonó la política en 1991 debido a su avanzada edad, convirtiéndose en senador vitalicio. Sí, el director de este filme (Paolo Sorrentino) es el mismo que el de Gomorra. ¿Se nota mucho?
Stephen Fleming (Jeremy Irons)
Dimitió en... Herida (1992)
Su cargo: Miembro del Parlamento Británico (Cámara de los Comunes)
Motivos de su dimisión: Tras lidiar con dos 'angelitos' de la talla de Cornelius Fudge y Giulio Andreotti, el motivo que empuja al doctor Fleming (menuda ironía de nombre) a abandonar su escaño en el Parlamento de Su Graciosa Majestad nos parece hasta inocuo: un escándalo sexual. Claro que, observando las tórridas escenas de fornicio protagonizadas por un Ïrons on fire y una Juliette Binoche muy volcánica, la palabra "sexual" se queda muy, muy corta. Algo a lo que hay que añadir la sordidez extrema de sus circunstancias, porque yaciendo con Juliette el diputado está conociendo a la prometida de su propio hijo.Como no podía ser de otra forma, esta relación entre lo psicótico, lo incestuoso y lo sadomasoquista acaba pasando una elevada factura (en cuyo montante va incluido un muerto), cuyo único pago posible es la carrera política del perpetrador.
Richard Nixon (Anthony Hopkins / Frank Langella)
Dimitió en... Todos los hombres del presidente (1976), Nixon (1995), El desafío: Frost contra Nixon(2008)
Su cargo: Presidente de los Estados Unidos
Motivos de su dimisión: Vamos a ver, ¿hay algún lector al que no le suene la palabra "Watergate"? Pues trataremos de resumirlo: este inmenso escándalo político (cuyo causante, si nos fiamos de Tom Hanks yRobert Zemeckis, fue un tal Forrest Gump) comenzó como un robo en las oficinas del Partido Demócrata en Washington, y escaló hasta el punto de destapar una extensa trama de corrupción y espionaje electoral, a causas de la cual el mandatario abandonó su cargo para evitar verse sujeto a una moción de censura. Californiano de nacimiento, presa de una voraz ansia de poder y odiado a muerte por la izquierda de su tiempo (aunque sus políticas sociales le hagan parecer un angelito comparado con Ronald Reagan o losBush), Richard Milhouse Nixon ha quedado para la historia como un personaje diabólico, excesivo y bigger than life: de ahí que, en Nixon y El desafío respectivamente, Hopkins y Langella le encarnasen con una intensidad a su medida. Sin embargo, la película más ilustre asociada a su nombre es una en la cual sólo aparece en imágenes de archivo: Todos los hombres del presidente. Si eres periodista, ese final tan sobrio (un teletipo escribiendo las palabras "Nixon dimite") tiene todos los números para hacerte llorar de emoción.
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