martes, 9 de julio de 2013

Doble juego, doble cara: Nuestros agentes dobles favoritos del cine

Donnie Brasco (Mike Newell, 1997)

El infiltrado: Joe Pistone (Johnny Depp), agente del FBI camuflado como un ladrón de joyas llamado... ¿adivinas como?
La infiltración: Lo peor de la misión de Pistone, o de Brasco, no es tener que escurrirse en las filas de lafamiglia mafiosa de los Bonnano (que no de Los Soprano). Su verdadero talón de Aquiles es entablar amistad con Lefty Ruggiero (Al Pacino), un 'chico listo' tan incompetente que da hasta pena

Reservoir Dogs (Quentin Tarantino, 1992)

El infiltrado: Tras aprenderse la historia aquella del lavabo y el perro policía, el agente Tim Roth está preparado para afrontar la misión de su vida: hacerse reclutar por la banda de Joe Cabot, y estropearles un robo de diamantes.
La infiltración: Como si tener que cargar con el alias de Señor Naranja no fuera lo bastante malo, nuestro héroe se ve a sí mismo atrapado junto a una reata de cobardes (Steve Buscemi), bestias de gatillo fácil(Chris Penn) y psicópatas cortaorejas (Michael Madsen), entre otros. En fin, al menos el chico descubrió de qué va realmente Like a Virgin

Cara a cara (John Woo, 1997)

Los infiltrados: ¿Qué pasa si juntas a John Travolta, Nicolas Cage, una operación de cirugía plástica demente y el ingenio del rey de la acción hongkonesa? Pues que te sale una de las películas más delirantes de los 90.
La infiltración: A ver, quedamos en que Travolta es un agente del FBI y Cage un supervillano, ¿no? Pues resulta que el primero se implanta la cara del segundo, mientras que este último hace lo propio con el jetode su enemigo (que ya son ganas). Ojalá nosotros pudiésemos usar esa maniobra

Infiltrados (Martin Scorsese, 2006)

Los infiltrados: Tanto Sullivan (Matt Damon) como Costigan (Leonardo DiCaprio) son detectives de la policía de Boston, y tienen ascendencia irlandesa. Lo cual les facilita (tal vez demasiado) cierto tipo de misiones.
Las infiltraciones: Resulta que, por una parte, Sullivan es un topo que espía a las fuerzas del orden por encargo del boss Frank Costello (Jack Nicholson), mientras que Costigan se hace pasar por un hampón para investigar a la Mafia irlandesa. Tras esta ración de traiciones y ejecuciones, la Academia de Hollywood entregó a 'Marty' ese Oscar que le debía desde los 70.

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